Con el equipo de nuevo en competición europea y bajo las órdenes del técnico alemán, el equipo merengue consiguió conquistar el máximo torneo continental de Europa después de perseguirlo durante los últimos treinta y dos años. La séptima Copa de Europa -renombrada desde la edición 1992-93 como Liga de Campeones- llegó a las vitrinas blancas tras vencer en la final a la Juventus Football Club gracias a un solitario gol de Peđa Mijatović, lo que además sirvió para resarcirse frente al conjunto italiano que dos años antes había sido su verdugo en los cuartos de final.