Durante los primeros años 1920 realizó desnudos de concepción más clásica, como en sus ilustraciones de Ovidio y Aristófanes, pero eran desnudos de una voluntaria objetividad que les privaba de vitalidad, la cual se reafirmaría cuando posteriormente volvió a la deformación de sus figuras, como en su Mujer desnuda en un sillón rojo de 1929, equipacion real madrid cuya distorsión parece deliberadamente cruel y desmitificadora.