La suerte parecía echada, porque el siguiente rival iba a ser nada menos que el Fútbol Club Barcelona. Los funcionarios y cortesanos vestían según su jerarquía, que se denotaba en una insignia (buzi) fijada en su vestido (bufu); existían nueve rangos civiles y nueve militares. Corría el año 1907. Pero una cosa era la teoría y otra la práctica, pues si bien el primer uniforme era azul y blanco, el equipo salía a disputar sus encuentros con camiseta blanca y pantalón negro.